Naturaleza, trabajo, historia.
Nota a mis colegas de la Sociedad
Latinoamericana y Caribeña de Historia Ambiental.
Panamá, 11 de
noviembre de 2012.
Colegas:
Como saben, he
sostenido a lo largo del tiempo la necesidad de encarar a la historia ambiental
como la de las relaciones entre nuestra especie y su(s) entorno(s) a lo largo
del tiempo, incluyendo en ello, por supuesto, las consecuencias de esas
relaciones para cada una de las partes involucradas. La idea básica no es mía,
ciertamente. Fue Elinor Melville, hasta donde recuerdo, quien abordó nuestro
campo desde esa perspectiva, definiéndolo como el estudio de la historia las
interacciones entre los sistemas naturales y los sistemas sociales, en el
sentido indicado.
Aquello
en lo he intentado hacer énfasis consiste en que esas interacciones ocurren a
partir del procesos de trabajo socialmente organizados y que, por lo mismo, el
trabajo – en el sentido de acción racional con arreglo a fines, que demanda
procesos de cooperación entre múltiples individuos – constituye, desde el punto
de vista histórico, el factor realmente fundamental de esta relación. Somos, en
efecto, la única especie que trabaja, en el sentido indicado, y el ambiente es
justamente el producto de ese trabajo en lo que hace a sus efectos sobre la
naturaleza en la que habitamos, y de la cual vivimos.
Esta
idea tampoco es original (¿hay alguna que realmente lo sea?). Vladimir
Vernadsky y Teilhard de Chardin la elaboraron en el plano teórico ya en la
década de 1920, al vincular entre sí los conceptos de biosfera y noosfera (que,
en el caso del jesuíta Teilhard, fue ampliado incluso en dirección al de
Cristosfera como culminación del proceso de encuentro entre las criaturas y su
creador). Lo esencial en todo caso es que nuestro objeto de estudio es un
producto de nuestra especie, obtenido mediante el trabajo, entendido justamente
como “un proceso entre la naturaleza y el hombre, proceso en que éste realiza,
regula y controla mediante su propia acción su intercambio de materias con la
naturaleza”, al decir de Carlos Marx en el segmento que dedica a esa forma
peculiar de la actividad humana en el Tomo I de El Capital.
Hoy
quisiera invitar a la discusión del planteamiento que hiciera Marx del tema ya
en 1867. Con ese propósito, me permito compartir con ustedes mis notas de
lectura de aquel acápite, en ese texto. Estoy convencido de que la historia
ambiental es la historia. Como tal, está en la necesidad de apropiarse de todo
el legado cultural anterior y someterlo a crítica en la perspectiva que demanda
al problema mayor de nuestro tiempo, que es el de sobrevivir como especie al
tipo de ambiente global que como especie hemos creado – sobre todo a lo largo
de los últimos dos siglos de nuestros cien mil años de existencia y desarrollo.
Sobrevivir,
en este caso, no tiene tan sólo un sentido físico. Además, implica evitar la
generalización de las formas más bárbaras y brutales de organización de nuestra
convivencia, que retornan a la vida diaria de millones de seres humanos en los
más diversos rincones de una biosfera a la que hemos llevado al límite de sus
capacidades para sostenerse, y sostenernos.
“Lo
que distingue a las épocas económicas unas de otras”, plantea Marx en estas
notas, “no es lo que se hace, sino el cómo se hace”. Allí está, en lo más
abstracto, una de las claves del problema a cuya solución aspiramos a
contribuir: el de los fines a los que responde la racionalidad de nuestras
acciones de relacionamiento con el entorno que nos sostiene, que ha venido a
ser (¿no lo fue siempre?) el planeta entero. Que es como decir, una vez más,
que si el ambiente es el producto de la intervención de nuestras sociedades en
su entorno natural, la necesidad de un crear un ambiente distinto nos llevará
una y otra vez a la de establecer una sociedad diferente.
Y me despido,
con un saludo cordial desde este rincón del neotrópico,
Guillermo Castro
H.
Marx, Carlos: El Capital. Crítica de la economía política. Traducción de
Wenceslao Roces. Fondo de Cultura Económica, México, 2010. Tres tomos.
Sección Tercera. La producción de la plusvalía
absoluta. Capítulo V. Proceso de trabajo y proceso de valorización. Tomo I
(1867).
1.El proceso de
trabajo
Trabajo
“El trabajo es,
en primer término, un
proceso entre la naturaleza y el hombre, proceso en que éste realiza, regula y
controla mediante su propia acción su intercambio de materias con la naturaleza.
En este proceso, el hombre se enfrenta como un poder natural con la materia
prima de la naturaleza. Pone en acción las fuerzas naturales que forman su
corporeidad, los brazos y las piernas, la cabeza y la mano, para de ese modo
asimilarse, bajo una forma útil para su propia vida, las materias que la
naturaleza le brinda. Y a la par que de ese modo actúa sobre la naturaleza
exterior a él y la transforma, transforma su propia naturaleza, desarrollando
las potencias que dormitan en él y sometiendo el juego de sus fuerzas a su
propia disciplina.” / 130
El trabajo como acción racional con
arreglo a fines
“Detrás de la
fase en que el obrero se presenta en el mercado de mercancías como vendedor de
su propia fuerza de trabajo, aparece, en un fondo prehistórico, la fase en que
el trabajo humano no se ha desprendido aún de su primera forma instintiva.
Aquí, partimos del supuesto del trabajo plasmado ya bajo una forma que le
pertenece exclusivamente al hombre.
Una araña ejecuta operaciones que asemejan a las manipulaciones del tejedor, y
la construcción de los panales de las abejas podría avergonzar, por su
perfección, a más de un maestro de obras. Pero, hay algo en que el peor maestro
de obras aventaja, desde luego, a la mejor abeja, y es el hecho de que, antes
de ejecutar la construcción, la proyecta en su propio cerebro. Al final del
proceso de trabajo, brota un resultado que antes de comenzar el proceso existía
ya en la mente del obrero; es decir,
un resultado que tenía ya existencia ideal.
El obrero no se limita a
cambiar de forma la materia que le brinda la naturaleza, sino que, al mismo
tiempo, realiza en ella su fin, fin
que él sabe que rige como una ley las
modalidades de su actuación y al que tiene necesariamente que supeditar su
voluntad. Y esta supeditación no constituye un acto aislado. Mientras
permanezca trabajando, además de esforzar los órganos que trabajan, el obrero
ha de aportar esa voluntad consciente del fin a que llamamos atención, atención
que deberá ser tanto más reconcentrada cuanto menos atractivo sea el trabajo,
por su carácter o por su ejecución, para quien lo realiza, es decir, cuanto
menos disfrute de él el obrero como de un juego de sus fuerzas físicas y
espirituales.” / 130 – 131
Factores del proceso de trabajo
“Los factores simples que
intervienen en el proceso de trabajo son: la
actividad adecuada a un fin, o sea, el propio
trabajo, su objeto y sus medios.” / 131
Objeto de trabajo
“El hombre se
encuentra, sin que él intervenga para nada en ello, con la tierra (concepto que incluye también, económicamente, el del agua)
[…], como el objeto general sobre el
que versa el trabajo humano. Todas aquellas cosas que el trabajo no hace más
que desprender de su contacto directo con la tierra son objetos de trabajo que
la naturaleza brinda al hombre.” /131
Materia prima
“[…] cuando el
objeto sobre que versa el trabajo ha sido ya […] filtrado por un trabajo anterior, lo llamamos materia prima. Es el caso, por
ejemplo, del cobre ya arrancado del filón para ser lavado. Toda materia prima es objeto de
trabajo, pero no todo objeto de trabajo es materia prima. Para ello es
necesario que haya experimentado, por medio del trabajo, una cierta
transformación.” / 131
Medio de trabajo
“El medio de trabajo es aquel objeto o conjunto de objetos que el
obrero interpone entre él y el objeto que trabaja y que le sirve para encauzar su actividad sobre este objeto.
El hombre se sirve de las cualidades mecánicas, físicas y químicas de las cosas
para utilizarlas, conforme al fin
perseguido, como instrumentos de actuación sobre otras cosas. El objeto que
el obrero empuña directamente […] no es el objeto sobre el que trabaja, sino el
instrumento de trabajo. De este modo, los productos de la naturaleza se
convierten directamente en órganos de la actividad del obrero, órganos que él
incorpora a sus propios órganos corporales, prolongando así, a pesar de la
Biblia, su estatura natural. La tierra es su despensa primitiva y es, al mismo
tiempo, su primitivo arsenal de medios de trabajo”. / 131 – 132
Herramientas, instrumentos
“Tan pronto como
el proceso de trabajo se desarrolla un poco, reclama instrumentos de trabajo
fabricados. En las cuevas humanas más antiguas se descubren instrumentos y
armas de piedra. Y en los orígenes de la historia humana, los animales domesticados, es decir, adaptados,
transformados ya por el trabajo, desempeñan un papel primordial como
instrumentos de trabajo, al lado de la piedra
y la madera talladas, los huesos y
las conchas. El uso y la
fabricación de medios de trabajo de trabajo, aunque en germen se presenten ya
en ciertas especies, caracterizan el
proceso de trabajo específicamente humano, razón por la cual
Franklin define al hombre como “a
toolmaking animal”, o sea, como un animal que fabrica instrumentos. Y así
como la estructura y armazón de los restos de huesos tienen una gran
importancia para reconstituir la organización de especies animales
desaparecidas, los vestigios de instrumentos de trabajo nos sirven para
apreciar antiguas formaciones económicas de la sociedad ya sepultadas.” / 132
Modo de producir, modo de producción
“Lo que distingue a las épocas
económicas unas de otras no es lo que se hace, sino el cómo se hace. Los
instrumentos de trabajo no son solamente el barómetro indicador del desarrollo
de la fuerza de trabajo del hombre, sino también el exponente de las
condiciones sociales en que se trabaja. Y, dentro de la categoría de los
instrumentos de trabajo, los instrumentos
mecánicos, cuyo conjunto forma lo que podríamos llamar el sistema óseo y muscular de la producción,
acusan las características esenciales de una época social de la producción de
un modo mucho más definido que esos instrumentos cuya función se limita a
servir de receptáculos de los objetos de trabajo y a los que en conjunto
podríamos designar, de un modo muy genérico, como el sistema vascular de la producción […].” / 132
Condiciones materiales de producción
“Entre los objetos que sirven de
medios para el proceso de trabajo cuéntanse […] todas aquellas condiciones materiales que han de
concurrir para que el proceso de trabajo se efectúe. Trátase de condiciones que
no se identifican directamente con dicho proceso, pero sin las cuales éste no
podría ejecutarse, o sólo podría ejecutarse de un modo imperfecto. Y
aquí, volvemos a encontrarnos, como medio general de trabajo de esta especie,
con la tierra misma, que es la que
brinda al obrero el locus standi y a
su actividad el campo de acción […]. Otros medios de trabajo de este género,
pero debidos ya al trabajo del hombre, son, por ejemplo, los locales en que se
trabaja, los canales, las calles, etc.” / 133
Trabajo, producción, producto
“[…] en el proceso de trabajo la actividad del
hombre consigue, valiéndose del instrumento correspondiente, transformar el
objeto sobre el que versa el trabajo con arreglo al fin perseguido. Este
proceso desemboca y se extingue en el producto. Su producto es un valor de uso,
una materia dispuesta por la naturaleza y adaptada a las necesidades humanas
mediante un cambio de forma. El
trabajo se compenetra y confunde con su objeto. Se materializa en el objeto, al
paso que éste se elabora. Y lo que en el trabajador era dinamismo, es ahora en
el producto, plasmado en lo que es, quietud. El obrero es el tejedor, y
el producto el tejido.” / 133
Trabajo productivo
“Si analizamos
todo este proceso desde el punto de vista de su resultado, del producto, vemos que ambos factores, los medios de trabajo y el objeto
sobre el que éste recae, son los medios
de producción y el trabajo un trabajo
productivo.” / 133
Producto, producción, trabajo
“Para engendrar
un valor de uso como producto, el proceso de trabajo absorbe, en concepto de medios de producción, otros valores de
uso, producto a su vez de procesos de trabajo anteriores. Y el mismo valor de
uso que forma el producto de este trabajo, constituye el medio de producción de
aquel. Es decir, que los
productos no son solamente el resultado, sino que son, al mismo tiempo, la
condición del proceso de trabajo.” / 133
Producción, producto, materias primas
[historia ambiental]
“Excepción hecha
de la industria extractiva, aquella a
la que la naturaleza brinda el objeto sobre que trabaja, v. gr. la minería, la caza, la pesca, etc. (la agricultura sólo
entra en esta categoría cuando se trata de la roturación y cultivo de tierras
vírgenes), todas las ramas industriales recaen sobre objetos que tienen el carácter de materias primas, es decir, sobre materiales ya filtrados por un
trabajo anterior, sobre objetos que son ya, a su vez, productos del trabajo.
Tal ocurre, por ejemplo, con la simiente,
en la agricultura. Los
animales y las plantas que solemos considerar como productos naturales, no son
solamente productos del año anterior, supongamos, sino que son, bajo su forma
actual, el fruto de un proceso de transformación desarrollado a lo largo de las
generaciones, controlado por le hombre y encauzado por el trabajo humano.
Por lo que se refiere a los instrumentos
de trabajo, la inmensa mayoría de éstos muestran aún a la mirada
superficial las huellas de un trabajo anterior.” / 133 – 134
Valor de uso y proceso de trabajo
“[…] el que un valor de uso represente el papel de materia prima, medio de trabajo o producto, depende única y
exclusivamente de las funciones concretas que ese valor de uso desempeña en el proceso de trabajo, del lugar que en él
ocupa; al cambiar este lugar, cambian su destino y su función.” / 135
Calidad
“En el producto
bien elaborado se borran las huellas del trabajo anterior al que debe sus
cualidades útiles.” / 135
Producto y producción, proceso
“Una máquina que
no presta servicio en el proceso de trabajo es una máquina inútil. Y no sólo es
inútil, sino que además cae bajo la acción destructora del intercambio natural
de materias. El hierro se oxida, la madera se pudre. La hebra no tejida o
devanada es algodón echado a perder. El trabajo vivo tiene que hacerse cargo de
estas cosas, resucitarlas de entre los muertos, convertirlas en valores de uso
potenciales en valores de uso reales y activos. Lamidos por el fuego del
trabajo, devorados por éste como cuerpos suyos, fecundados en el proceso de
trabajo con arreglos a sus funciones profesionales y a su destino, estos
valores de uso son absorbidos de un modo provechoso y racional, como elementos
de creación de nuevos valores de uso, de nuevos productos, aptos para ser
absorbidos a su vez como medios de vida por el consumo individual o por otro
nuevo proceso de trabajo, si se trata de medios de producción. / Por tanto, los
productos existentes no son solamente resultados
del proceso de trabajo, sino también condiciones
de existencia de este; además, su incorporación al proceso de trabajo, es
decir, su contacto con el trabajo vivo es el único medio de conservar y
realizar como valores de uso estos
productos de un trabajo anterior.” / 135
Consumo productivo, consumo individual
“El trabajo
devora sus elementos naturales, su objeto y sus instrumentos, se alimenta de
ellos; es, por tanto, su proceso de consumo. Este consumo productivo se distingue del consumo individual en que éste devora los productos como medios de
vida del ser viviente, mientras que
aquél los absorbe como medios de vida del trabajo, de la fuerza de trabajo del
individuo, puesta en acción. El producto del consumo individual, es, por tanto,
el consumidor mismo; el fruto del
consumo productivo es un producto
distinto del consumidor.” / 135-136
Proceso de trabajo, producto, naturaleza
“En todos
aquellos casos en que recae sobre productos y se ejecuta por medio de ellos, el trabajo devora productos para crear
productos, o desgasta productos como
medios de producción de otros nuevos. Pero, si en un principio el proceso de trabajo se
entablaba solamente entre el hombre y la tierra, es decir, entre el hombre y
algo que existía sin su cooperación, hoy intervienen todavía en él medios de
producción creados directamente por la naturaleza y que no presentan la menor
huella de trabajo humano.” / 136
Trabajo, proceso de trabajo, sociedad
“El proceso de trabajo, tal como lo hemos estudiado, fijándonos
solamente en sus elementos simples y abstractos,
es la actividad racional encaminada a la producción de valores de uso, la
asimilación de las materias naturales al servicio de las necesidades humanas,
la condición general del intercambio de materias entre la naturaleza y el
hombre, la condición natural eterna de la vida humana, y por tanto,
independiente de las formas y modalidades de esta vida y común a todas las
formas sociales por igual. Por eso, para exponerla, no hemos tenido
necesidad de presentar al trabajador en su relación con otros. Nos bastaba con
presentar al hombre y su trabajo de una parte, y de otra la naturaleza y sus
materias. Del mismo modo que el sabor del pan no nos dice quién ha cultivado el
trigo, este proceso no nos revela tampoco las condiciones bajo las cuales se
ejecutó, no nos descubre si se ha desarrollado bajo el látigo brutal del
capataz de esclavos o bajo la mirada medrosa del capitalista, si ha sido
Cincinato quien lo ha ejecutado, labrando su par de jugera, o ha sido el salvaje que derriba a una bestia de una
pedrada.” / 136
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